viernes, 27 de julio de 2012

Sacale tarjeta roja al falso feminismo

Directo desde España, Argentina ha importado una campaña contra la violencia hacia la mujer donde distintas celebridades y referentes populares posan ante una cámara cual referí expulsando a un jugador bajo el lema "Sacá tarjeta roja al maltratador".

La propuesta, por demás simpática sobre el infantilismo de que la solución dentro de la violencia doméstica es tan simple como expulsar a quien la ejerce, reafirma la falta de crítica en un feminismo lineal y simplista donde la mujer es sólo una víctima que nada tiene de respondabilidad en la toxicidad de una pareja, y el hombre no es un hombre ni una persona sino apenas un caso aislado que debe aislarse aún más.
Esa lectura por demás chata de las relaciones heteronormativas son una gran contradicción para ser una campaña contra la violencia de género, principalmente porque es una campaña sumamente violenta.
No está pensada ni desde la búsqueda de informar, ni la búsqueda de debatir/problematizar lo instalada que está la violencia en las parejas, sólo es una respuesta de derecha ante una situación de derecha símil a "muerto el perro se acabó la rabia" bajo el lema repetido una y otra vez de "quienes maltratan a las mujeres no tienen sitio en nuestra sociedad".
En vez de condenar al maltrato en sí, sin importar quién lo ejerce, se condena al maltratador, y a uno muy específico. ¿Acaso las mujeres no ejercemos maltrato en las parejas tóxicas? ¿No existe la violencia doméstica en parejas del mismo sexo?
Se pretende hacer con el maltratador lo mismo que con el delincuente, apartarlo socialmente en vez de ayudarlo a formar parte de la sociedad desde un lugar más sano para sí y para quienes lo rodean.
El feminismo hostil, vengativo y simplista, no es sino la otra cara de la misma moneda... y esa moneda se llama Machismo corriente.
La campaña versión argenta tiene página oficial con fotos donde invitan al usuario a imprimir un carton rojo e imitar a sus referentes populares, y puede verse aquí http://www.sacatarjetaroja.com.ar/
Los spots publicitarios aún no han sido emitidos en ningún medio, pero ya hace meses que se filmó, y sólo una de las personas convocadas en el momento de filmar no estuvo de acuerdo con pronunciar la frase "quienes maltratan a las mujeres no tienen sitio en nuestra sociedad".
No es la persona sino la acción lo que tiene que ser repudiado. Esa es una diferencia que aún a nuestra sociedad le cuesta entender, y debería ser nuestro compromiso marcarlo.
Yo prefiero sacarle tarjeta roja al maltrato.

jueves, 3 de mayo de 2012

Todxs incluye todas y todos, sin viceversa

La ley de identidad de género es un gran salto para el retrograda, pero apenas un pequeño paso para quienes luchamos por los derechos de los que se nos priva, aún estando escritos, como, por ejemplo, el derecho a la identidad. Esto que está pasando es  importante para nuestra historia y seguro no hubiese tenido lugar sin el trabajo que hicieron las Madres de Plaza de Mayo, más principalmente las Abuelas, al priorizar al individuo el derecho de conocer su propia historia y la libertad de reapropiarse o no de un nombre. Fácil es banalizar el asunto en un discurso de aceptación desprejuiciada del ¨si se quiere llamar así¨ o ¨si quiere ser mujer¨ cuando la ley no habla del deseo, sino de los cuerpos, las limitaciones y las necesidades que afectan a cualquier persona nacida y sujeta a una realidad cultural donde hay una hegemonía intrusiva sobre qué somos y qué debemos hacer en consecuencia, como vos.
Esta ley habla de todas y de todos, gran parte de lxs todxs aún siguen invisibilizadxs. El proyecto de ley da por sentado la existencia de una identidad de género y plantea algo bello como el libre desarrollo del mismo sin imponer - aparentemente - nada más que una consciencia propia respecto la autopercepción del yo, que el actual documento de identidad limita a un sistema binario teniendo que elegir si ese libre desarrollo es dentro de uno u otro género. Aún sigue vigente la ley que no permite inequivocos de índole sexual (?) en el nombre.
En lo particular les comento que yo tengo doble nacionalidad. Nací en Israel y debido a que mis padres son argentinos pude optar por la nacionalidad argentina. En Israel la ley de género ya está vigente hace tiempo, y había una ley previa que permitía el cambio de nombre indiscriminadamente cada 7 años. Actualmente en mi pasaporte soy Elizabeth, género masculino. En mi documento argentino no quieren reconocerme ese nombre LEGAL por este supuesto ¨inequívoco¨, obligándome a ser ilegal. Tengo que hacer un juicio porque hasta no resolver esto, yo estoy ejerciendo dos identidades y soy una potencial estafadora que no puede salir del país sin conllevar así consecuencias tal como la prisión o la prohibición de volver a ingresar a Argentina como ciudadana residente (soy una suerte de desterrada en mi propia tierra).
La ley de género permitiría que una persona rectifique su género en el documento sin necesidad de hacer una operación de reasignación de género (ya hay casos que lo lograron mediante juicio como Florencia de la V) pero da por sentado que no puede suceder al revés, como yo, que quisiera someterme a la cirugía genital sin la obligación de cambiar el género en el DNI.
Mi decisión de esa lucha que parece absurda tiene un sentido para mí, estoy en desacuerdo que el género sea un dato que figure en nuestros documentos, más alla de lo binario. En un tiempo y lugar los documentos decían la religión, o el color de piel, con la única función de discriminar y privar a ciertas personas de ciertos privilegios. No veo necesidad de que si hoy dia estamos - en teoría - a favor de la igualdad de género, y tanto una mujer como un hombre pueden trabajar de lo mismo, ¿para qué la diferenciación en nuestros papeles? La respuesta es una sola, el sistema carcelario. Las cárceles son binarias y la razón es simple: en la cárcel podés comer, respirar, hacerte de bellos amigos, trabajar y hasta inclusive estudiar en pos de obtener un título universitario. La única libertad de la que se priva a lo que los fachos llaman lacra social - además de la física - es que durante la estadía el individuo no puede reproducirse (claro, a menos ingreses embarazada) y esto es ni más ni menos que el control de los cuerpos en un sistema machista que basa el sentido de nuestra existencia como una suerte de industia o fabrica donde nuestro unico propósito es repetirnos para repetir una forma de consumo que va desde la ropa que usamos hasta el sexo que practicamos.
El mayor miedo de los que funcionan y aceptan esta hegemonía, frente a la ley de matrimonio igualitario, era que si le daban a los homosexuales los mismos derechos que los heteros de reproducirse (llamalo adoptar), venga una serie mal fabricada de personas y se propague la homosexulidad (entendido como un contraproducente fin de reproducción). Nuesto sistema jurídico y estatal esta centrado en controlar no sólo a la población sino también a sus cuerpos. La ley de identidad de género transa con el sistema, logra algo increible como la libetad en el desarrollo del género sin especificar cuál es el género preexistente, pero aún seguimos controlados, y aún hay realidades invisibilizadas en este sistema, como las personas que no son ni hombres ni mujeres.
En la ley del matrimonio igualitario, costó que dejaran de decir que era la ley del matrimonio gay, aún sucede algo parecido con el nombramiendo de la Marcha del Orgullo. Ahora con la ley de identidad de género va a costar que dejen de pensar que la misma habla de gays o travas o travestis, habla de todos y todas, de ellxs aún no dice mucho, aunque si habla de todxs y en ese todxs incluyo a todas y todos, porque tanto esta ley como la ley por la despenalización del aborto hablan de lo mismo: cómo nos pensamos en un sistema donde el pensamiento crítico es el enemigo clave.

domingo, 29 de abril de 2012

El fracaso de la importación

Finalizó, al menos en la galería Wallrod, la muestra de "Failure's Art". Varias fotografías símiles a las de Nan Goldin, dejan ver al cuerpo del artista a travesando una situación de fragilidad absoluta lejos de su familia, en un país distinto al cual proviene en cuanto al sistema de salud. Wixon se refugia acá, donde culturalmente el público acostumbra a visitar una galería para confrontarse pasivamente con la representación, y él no representa nada, él se presenta directamente. La fotografía a penas pone una distancia muy corta entre la realidad y la ficción del arte, la única ficción posible está en manos del espectador, que ante una situación colmada de honestidad, se imagina qué historia hay detrás de cada imagen o - los más observadores - qué historia hay detrás de esa nota escrita en lapiz por la madre de Darin Wixon, redactada - obviamente - sin intención de formar jamás parte de una muestra de arte.
Tal como lo expuse en mi artículo "La performance, hija desaparecida de las artes visuales", nuestra historia nos hace a nosotros fallar ante el arte. Fácil es espantarse, criticar o juzgar soberbiamente, imitar una indiferencia porque el orgullo no nos permite admitir que no tenemos recursos para entender algo que se desnuda ante nosotros, algo que se presenta sin muchos filtros, y nos es mas facil despreciar que aprender.
La Galería Wallrod ha hecho una apuesta que el sistema de galerías de nuestro país no se anima con frecuencia, y aplaudo esa actitud aunque entiendo si en este proceso de importación, donde alguien que creció en Nueva York, y que - tal como me lo admitió al compararlo con Nan Goldin - fue alumno de ella, el fracaso sea nuestro si no valoramos este tipo de actos en nuestros circuitos artísticos.
En lo personal, me quedé más tiempo imaginando la relación de su cuerpo con la de su madre, que viendo las fotografías en sí de su estado de salud física. Me había citado con él para conocerlo en persona, pero no venía y yo ya tenía que irme. Me tomé el atrevimiento entonces de dejarle una nueva nota simil a la que su madre le dejó para que vea cuando despierte del coma, y oculté la mía trás la de ella. Cuando me dispuse a marcharme, él apareció. Se hizo carne, nos sacamos una foto juntos, y me fui, reflexiva, pensando si hice bien en intervenir en su realidad... y sí, él intervino en la mía. El arte nos confrontó a nosotros mismos, no puede haber fracaso en eso.

viernes, 20 de abril de 2012

La performance, hija desaparecida de las artes visuales

Un artista se hace un tajo en la piel, sangra y contiene el grito. Otro artista simula que se hace un tajo en la piel, usa pintura y grita. Ya han pasado casi tres décadas desde que Argentina recuperó la democracia y con ello empezó un lento proceso de sanación de una herida que no cierra. Aún se ven las secuelas de una nación atravesada por una dictadura, el exilio, el silencio, la tortura, la censura de una generación de pensadores, entre los cuales estaban los artistas. Una de esas secuelas, al parecer poco importantes en un escenario tan dramático, es la identidad robada de la performance.

La actual universidad de artes visuales con mayor prestigio del país tiene diversas orientaciones: Pintura, Escultura, Grabado… todas relacionadas a las artes tradicionales excepto una que incluye las nuevas tecnologías. La mayoría de los estudiantes desconoce lo que es la performance, o da por sentado que es hija de las artes dramáticas. Tampoco hay un desarrollo claro sobre el arte conceptual. Los circuitos artísticos parecen detenidos en el tiempo, donde el descubrimiento más reciente es la fotografía y el video.

De vez en vez uno puede encontrar una instalación, y lo más cercano a la performance son las manifestaciones artísticas en las marchas. A los estudiantes de artes visuales se los seduce con el Picasso que reinterpreta la realidad con pocas líneas, y nada se habla del Picasso que pegó un fragmento de diario en un cuadro y dio ese casi invisible paso donde el arte visual deja de representar un objeto y directamente lo presenta. Duchamp es un loco lindo que se lo nombra en algunas materias teóricas, pero sólo para problematizar lo que es el arte y no para repensar nuestras propias prácticas artísticas.

No es casual que prácticamente nadie esté familiarizado con los trabajos de Marina Abramóvic, Joseph Beuys, Ana Mendieta o Vito Acconci. Mientras en otras partes del mundo el arte visual se desprendía completamente del lienzo, acá había que tener cuidado de qué hacías con el pincel. Y cuando el silencio fue finalmente interrumpido, tal vez el primer trabajo de los artistas visuales con fuerte presencia del cuerpo fue el famoso “Siluetazo” donde justamente se denunciaba la ausencia del mismo.

Ahora, las camadas emergentes de artistas jóvenes nacieron tras 1983. La performance empieza a resurgir con más fuerza, y más bajo el interés de los artistas dramáticos que buscan alejarse del personaje, o de artistas visuales que aún tímidos utilizan elementos del teatro para poner aún una distancia entre su cuerpo y el arte, una suerte de escudo a ser vistos completamente símil al lienzo. Entonces simulan hacer en vez de hacer, y no son enteros, son parciales porque también simulan sus estados en base a un sentimiento que no fue simulado.

Pocas galerías apuestan por la performance, aún el país no entiende muy bien qué es ni cómo se administra. Los artistas nacionales interesados en profundizar su producción no encuentran muchos espacios, ni colegas, ni réditos económicos para despedirse completamente de las artes tradicionales.

En todo este tiempo, la performance, que fue parida por las artes visuales, ha sido apropiada por las artes dramáticas, tal vez porque simulando es la única manera que tenemos de ser tras haber pasado por un periodo donde "ser" es algo que resulta amenazante y peligroso.

Un artista simula herir su cuerpo y grita, otro artista lo hiere honestamente y trata de no gritar. Los ojos argentinos aún desconcertados se dividen entre los que necesitan ver y los que necesitan seguir mirando para otro lado.

Algunos artistas visuales quieren recuperar a su hija perdida. Algunos artistas dramáticos se han encariñado sintiéndola propia. Al parecer una custodia compartida es lo menos traumático. Mientras tanto, el arte, que tiene una función primordial para que la sociedad se repiense, plantea que hay mucho trabajo por delante con esta herida que no cierra, y que posiblemente no cierre jamás.

lunes, 16 de abril de 2012

Laura Gam para principiantes


En el panorama contemporáneo argentino la mayoría de los artistas fotógrafos son más considerados fotógrafos que artistas, y la legitimización de gran parte de los mismos parece limitarse al impacto visual y estético de sus trabajos. Laura Gam es uno de los pocos casos actuales donde la fotografía es - nunca una palabra mejor - un disparador. Sus producciones cargan un desarrollo similar a artistas conceptuales donde la idea supera al medio y el medio (en este caso, la fotografía) es un recurso, no subestimado como medio ni enaltecido como protagonista en sus producciones, aunque sí eje de su manera de producir. Acontinuación haré un repaso de sus trabajos desde el momento que comencé a tutorear sus producciones.

LOS PRIMEROS SALTOS Y VUELOS (Los pasos ya son historia)

Su trabajo "PODER" es una foto-performance donde hace una fiel presentación de su persona como fotógrafa y como artista, y posiblemente muestra esa fusión y a su vez transformación o maduración en su forma de concebir la manera de producir arte mediante la fotografía. Me considero afortunada de haberla conocido en ese preciso momento, donde aún era presa de una delgada crisálida tradicionalista que la protegía de correr riesgos y, a su vez, ya tenía las alas abiertas y listas para dar vuelo hacia una etapa mayor en su carrera.



No sucedió mucho tiempo para que esto suceda. El pasado noviembre intervino en la XX° Marcha del Orgullo LGTTBI. Dos carteles - cual crisálida con vuelo - tapaban su cuerpo. El cartel de la espalda invitaba a las personas a posicionarse frente a ella, y el del frente era una suerte de espejo donde las personas podían reflejarse bajo la frase "Te veo queer". Con su cámara en mano les pedía a los participantes con cámara que le tomaran una foto donde ellos se reflejarían en ella, y que ella tomaría una foto de ellos al mismo tiempo, luego entregaba un papel con indicaciones para concretar el intercambio de miradas.

La performance titulada "QUEER RELFECTION" puede entenderse en su traducción como "raro reflejo" asi también como "reflexión queer". (Nota: La teoría queer es una ideología que problematiza todo aquello que consideramos como natural tanto en nuestra sexualidad como en nuestra manera de relacionarnos y aceptar la diversidad.)

En diciembre de 2011 tuve la oportunidad de trabajar con ella en una foto-performance conjunta que titulamos "Lesbians in love bed". Elaboramos juntas una puesta en escena donde exponíamos conceptualmente no tanto nuestra intimidad sexual sino más bien nuestra manera de complementarnos y confrontar el prejuicio de los otros. La fotografía fue censurada en Facebook debido a que mostramos nuestra genitalidad (invertida).

En la fotografía Laura tiene mi pene y yo tengo su vagina (posbilmente la manera más simbólica de unión en una pareja heterosexual) pero donde ambas nos presentamos como mujeres mediante el uso del corpiño, el vibrador (el pene no tiene erección) y el título donde nos rotulamos lesbianas.

POR DENTRO DEL CUERPO

Uno de sus últimos trabajos, titulado "HARTA" es una serie que consta de una fotografía color donde podemos vizualizar a la artista atrapada contra un rincón separada del mundo por franjas de peligro, y una secuencia de 6 fotografías que encierran una sensación y una lógica no fácil de descifrar a simple vista, y donde en todo momento está presente su cuerpo. La secuencia está delimitada por dos imágenes en blanco y negro, la primera retrata el momento en que escupe un buche de agua al cepillarse los dientes, la última cuando abandona el lavabo dejando esa sensación atrás. ¿Qué sucedió en el medio?




En las imágenes de color que parecen ser un entreparéntesis en el acto cotideano de la artista, podemos ver una secuencia de tres imágnes que parte de su imágen frontal cual criminal o fotografía documento, desenfocándose y luego corriéndose ella de plano hacia la cámara que la captura, y nos conduce a una cuarta imágen que muestra un papel abollado sobre su pecho.

La primera fotografía en blanco y negro tiene una intervención, no realizada por la artista sino por un tercero (en este caso yo), donde vemos que en ese buche sucede algo desagradable relacionado a la sangre y la carne mediante los sesos de vaca. "HARTA" es el resultado de una introspección personal respecto a qué cosas suelen alterarla, tal vez eligió el aspecto más banal para explicarlo pero no por eso el menos lógico. Dentro de ella se desencadena una serie de emociones no fácilmente perceptibles para los otros cuando algo externo altera su ánimo. Esta explosión interna suele ser tan intensa como fugaz, antes de que ella termine por abandonar el lavatorio ya parece haber superado la situación que la alteraba.

Laura Gam invita de este modo a los demás a detenerse en su mundo interno, complejo y saturado, con un evento al parecer superfluo pero que habla íntimamente de un aspecto de ella: una descripción fiel y cuasi absurda de algo que no logra controlar, la emoción vorágina de hartazgo por la cual es poseída por breves instantes, y con la esperanza de obtener control sobre ella al traducirlo a la fotografía.

Lo admirable de este trabajo, no sólo es que habla de manera muy personal de un tema que puede ser universal (de modo que no sea tan rápido identificarse con lo que narra), sino que hace una narración meticulosa y conceptualmente abarcativa siendo fotógrafa y a su vez modelo, documentando y ficcionando su propia realidad, y logra en 7 fotografías sintetizar un momento y a su vez, un mundo, el de ella.

POR FUERA DEL CUERPO

Siguiendo en esta línea de trabajo hizo su performanceGam cubre recitales, eventos y hace trabajos fotográficos y de edición que disfruta, pero lamentablemente aún eso no le permite desprenderse de un trabajo administrativo que consume 9 horas de su vida diaria. Para no volverse loca, de vez en vez, toma un respiro desde la oficina: investiga algún fotógrafo en internet, boceta alguna idea en su cabeza o repiensa alguna decisión de edición para hacer cuando llegue a su casa.
Un día llevó su cámara - amigas fieles si las hay - y la instaló frente a su escritorio. A lo largo del día se propuso disparar una fotografía cada vez que tomase un respiro o que lo necesitase con ansias...

La secuencia completa de 65 fotografías cuadradas están distribuidas en 6 paneles (cantidad de de lados de un dado) con 9 fotografías en cada panel, y un séptimo panel con las últimas 4 donde su jornada laboral ya finalizó y lo único que le queda por hacer es irse a su casa. En paralelo las anotaciones del tiempo de manera más libre, sin separación, ni puntuación, sino una suerte de aire producto de sucesivos respiros interconectados.

EL FUTURO AHORA

Laura Gam excede los límites de la fotografía tradicional donde la cámara fotográfica funciona como parte mecánica de su cuerpo. Es su ojo, su brazo, parte de su cerebro, muy posiblemente su memoria, y hasta su arma. Hastiada del acoso verbal que sufrimos las mujeres en la vía pública lleva escondido en su bolsillo una cámara de mano para defenderse de quienes se atreven a atacarla como lo hacía en un tiempo Laurie Anderson con su polaroid. Ahora está comenzando un proyecto de retratos. Su salto de la fotografía como recurso estético a discurso conceptual la enfrenta con un nuevo desafío: cómo traducir el poder de las personas en un retrato, cómo retratarlas queer, cómo explorar el mundo interno de los otros y conectarse desde afuera. El 2012 recién comienza, y ella viene elevando su vuelo. Tené cuidado, en cualquier momento se te aparece Laura Gam y... click.

sábado, 14 de abril de 2012

Decir adiós y quedarse

BYE BYE AMERICAN PIE
Exposición en el MALBA
Curador: Philip Larratt-Smith
El Museo de Arte Latinoamericano, como es usual, acercó al pueblo valioso material norteamericano, respetando ciertas leyes de gravedad. Intuyo que al llamar a la muestra "Bye, bye, American Pie" hay una suerte de despedida y caída libre, donde todo lo que cae de arriba, cae por acá, y qué afortunados que somos... perros hambrientos agradecidos de que nuestro amo - con tanta abundancia en su plato - deje caer los huesos del perro que comió antes para que lo mordisquiemos un poco y seamos felices.

Posiblemente para quienes nunca oyeron sobre los siete artistas seleccionados, esta muestra fue algo fría en su presentación. Habiendo tanto material interesante, se dispuso a manera de museo de ciencias, todo separado y con un texto biográfico extenso de cada artista que parece una autopsia realizada sobre un arte que ya está muerto.

Ni los aforismos de Jenny Holzer, ni las composiciones de Barbara Kruger me parecen superadas por el paso del tiempo, ni mucho menos sujetas exclusivamente a su país de origen. Qué decir respecto los ambientes under que muestran las fotografías de Nan Goldin y Larry Clark, donde los jóvenes y los marginados se drogan para sobrellevar el asqueroso y maquiavélico sistema que muestran irónicamente Cady Noland y Paul McCarthy con sus instalaciones

Más interesante hubiese sido el recorrido si el espacio hubiese estado no fragmentado individualmente sino agrupado de a dos tal como lo analizo en el párrafo anterior. Y ustedes pensarán que me estoy olvidando del séptimo, pero no, no me olvidé, aunque dudo que alguien que haya visto la muestra tal como está dispuesta lo recuerde, ya que estaba lejos de tener correspondencia con la intención del curador, más que el mero capricho de que si hay jovenes, marginados y feministas, los negros no podían faltar, y qué mejor uno que a su vez sea homosexual y haya muerto joven por drogas. (Q.E.P.D. Basquiat)

Para quienes sí conocíamos a los artistas, posiblemente nos interesó poco la pobre puesta de aquellas obras en comparación a la fascinación de tenerlas ante nosotros. Aún así sostengo, que el tema de la muestra no corresponde a una despedida, cuando de lo que se habla está presente en la realidad de todxs, tanto allá arriba, como acá abajo. Y aunque comparto el deseo de que le digamos adiós a toda esa realidad política, es desolador ver que no importa cuánta obra haya ni cuántas veces digamos adiós, aún así nos quedamos.

jueves, 9 de febrero de 2012

Consumo para principiantes

“CONSUMO” de Gonzalo Lopes Melillo es un video-minuto que se presenta como propuesta para una proyección en dos pantallas en simultáneo donde el material se reproduce una y otra vez de manera cíclica. http://vimeo.com/35802264

En una pantalla reducida podemos observar una fotografía nítida del rostro de Kim Basinger cuya impresión fija contrasta con un fondo donde hay un globo azul inquieto, que adquiere mayor velocidad e interviene en la imagen la aparición de pequeñas líneas gruesas de color de manera diagonal.

En la otra pantalla que tiene mayor tamaño, el artista presenta su propio cuerpo en distintas posturas con imágenes en movimiento unidas mediante fundidos a negro. Su cabeza está cortada, sus manos se acarician y cada secuencia trasmite cierto gozo o placer que contrasta con su pene en estado de reposo.

Como acompañamiento de la imagen sobresalen algunas notas interpretadas por él con su bajo, que se aceleran de manera gradual casi imperceptible.
vimeo.com/35802264
“CONSUMO” es una composición relacionada a los placeres estéticos del propio artista, y el intento de traducir el consumo de la belleza en su propio cuerpo aparentemente ajeno al mismo. El cuerpo de Lopes Melillo se torna femenino sin ningún artilugio, y su cabeza cortada parece completarse con el relato de la cabeza de una mujer en la pantalla continua. El video-arte en sí parece presentarnos la abstracción sincera de la excitación femenina, más sutil y compleja que lo que es la excitación del hombre. Por un lado un cuerpo se acaricia en su pasividad, por el otro una cabeza congelada experimenta en su interior un agite de color. La relación entre ambas imágenes puede ambiguamente hablar de una representación psicológica de la búsqueda de un orgasmo femenino (probablemente, hacia el final, no alcanzado o minúsculo) como de la problematización del artista en cuanto a lo que consumimos como belleza. A él le gusta el azul, Kim Basinger y esas notas del bajo: las tres cosas le producen un placer estético que trata de buscar en su propio cuerpo ¿puede entonces con esto formar un producto de belleza que le guste a sí mismo en consecuencia?

“CONSUMO” termina siendo así un trabajo sumamente íntimo y masturbatorio. El artista construye un diálogo consigo mismo que nos pone en un lugar pasivo donde no podemos intervenir sino espiarlo, por momentos con la incomodidad que eso supone. Lo vemos consumir, alimentar su cuerpo con elementos de su placer, y nos confrontamos a nosotros mismos con nuestros deseos y hábitos de consumo estético al consumir su trabajo. ¿Acabamos de digerir a Kim o a Gonzalo? ¿Nos gusta, nos incomoda o nos produce rechazo?

La obra es difícil de interpretar a primera vista, te invita a repetir nuevamente la reproducción y repetir también la confrontación de nuestra manera de consumir con la que él propone. Finalmente, si se mira muchas veces, probablemente el diálogo abstracto de Gonzalo se hace concreto en nuestra percepción. Al verlo repetidas veces corremos el riesgo de terminar participando del acto íntimo y masturbatorio arriba mencionado, que Gonzalo Lopes Melillo presenta ante nosotros (los otros), quienes poco entendemos si acabamos de consumir arte o simplemente tuvimos un mal sexo.