sábado, 14 de abril de 2012

Decir adiós y quedarse

BYE BYE AMERICAN PIE
Exposición en el MALBA
Curador: Philip Larratt-Smith
El Museo de Arte Latinoamericano, como es usual, acercó al pueblo valioso material norteamericano, respetando ciertas leyes de gravedad. Intuyo que al llamar a la muestra "Bye, bye, American Pie" hay una suerte de despedida y caída libre, donde todo lo que cae de arriba, cae por acá, y qué afortunados que somos... perros hambrientos agradecidos de que nuestro amo - con tanta abundancia en su plato - deje caer los huesos del perro que comió antes para que lo mordisquiemos un poco y seamos felices.

Posiblemente para quienes nunca oyeron sobre los siete artistas seleccionados, esta muestra fue algo fría en su presentación. Habiendo tanto material interesante, se dispuso a manera de museo de ciencias, todo separado y con un texto biográfico extenso de cada artista que parece una autopsia realizada sobre un arte que ya está muerto.

Ni los aforismos de Jenny Holzer, ni las composiciones de Barbara Kruger me parecen superadas por el paso del tiempo, ni mucho menos sujetas exclusivamente a su país de origen. Qué decir respecto los ambientes under que muestran las fotografías de Nan Goldin y Larry Clark, donde los jóvenes y los marginados se drogan para sobrellevar el asqueroso y maquiavélico sistema que muestran irónicamente Cady Noland y Paul McCarthy con sus instalaciones

Más interesante hubiese sido el recorrido si el espacio hubiese estado no fragmentado individualmente sino agrupado de a dos tal como lo analizo en el párrafo anterior. Y ustedes pensarán que me estoy olvidando del séptimo, pero no, no me olvidé, aunque dudo que alguien que haya visto la muestra tal como está dispuesta lo recuerde, ya que estaba lejos de tener correspondencia con la intención del curador, más que el mero capricho de que si hay jovenes, marginados y feministas, los negros no podían faltar, y qué mejor uno que a su vez sea homosexual y haya muerto joven por drogas. (Q.E.P.D. Basquiat)

Para quienes sí conocíamos a los artistas, posiblemente nos interesó poco la pobre puesta de aquellas obras en comparación a la fascinación de tenerlas ante nosotros. Aún así sostengo, que el tema de la muestra no corresponde a una despedida, cuando de lo que se habla está presente en la realidad de todxs, tanto allá arriba, como acá abajo. Y aunque comparto el deseo de que le digamos adiós a toda esa realidad política, es desolador ver que no importa cuánta obra haya ni cuántas veces digamos adiós, aún así nos quedamos.